9 may 2009

Carta de reclamacion

Un buen amigo de este rincón en la Red nos envía esta carta, que él
mismo remitió a una empresa fabricante de preservativos adjuntando una
funda de preservativo cerrada... y vacía.

"Al encargado del Departamento de Atención al Cliente (O como se
denomine en su empresa):

Como ya habrá podido observar, debido a la diferencia de volumen,
color,y textura en comparación con el papel donde está escrita esta
carta, le adjunto un envase de preservativo de la marca propiedad de
su empresa. Si se fija detenidamente se dará cuenta de que en su
interior no se encuentra profiláctico alguno. Este detalle no tendría
por qué tener la más mínima importancia por sí mismo, pero concurre
una circunstancia que lo diferencia de las demás fundas de
preservativos vacías.

La que usted tiene en estos momentos en sus manos (o encima de su
mesa) nunca ha sido abierta por dedos humanos (ni de ningún otro
mamífero). Creo notar en su rostro cierta sonrisa de solicitud de
comprensión (.. ha sido un fallo de envasado... Es muy raro que algo
así suceda...). Lo que sí que es un suceso absolutamente inhabitual es
que yo ligue.

Por desgracia las hembras de mi especie (mujeres, chicas, etc.) no
acaban de apreciar lo que para mí es un irresistible atractivo (el
mío) por lo que el lograr unas relaciones sexuales plenas y
satisfactorias con alguna de ellas, se convierte en mi caso en una
gesta absolutamente homérica.

Leído el párrafo anterior le supongo capaz de suponer mi expresión de
absoluta incredulidad matizada por algo de estupefacción al comprobar
el pasado sábado como a mi lado, en la cama, reposaba, no sólo mi
cojín favorito, sino también una hermosa mujer (escribo hermosa
aprovechándome de que usted jamás podrá comprobarlo). Basándome en su
desnudez y en el hecho de que tuviera su mano apoyada en mi pene,
deduje que su principal intención era hacer el amor conmigo.

Aconsejado por la prudencia y la higiene decidí hacer uso de un
preservativo... del único preservativo que había en casa, dejado por
olvido por un amigo más afortunado que yo en sus relaciones con las
mujeres. Cuál no sería mi sorpresa (cabreo, enfado, desesperación,
odio la raza humana en general y a los fabricantes de condones en
particular) al comprobar esta nueva mala jugada del Destino en forma
de preservativo inexistente... La funda estaba vacía. La mala suerte
boicoteaba el que podía haber sido mi primer coito del año (y fíjese
en qué fechas estamos ya).

No me parece oportuno aburrirle contando las argucias a las que tuve
que recurrir para convencer a mi ocasional compañera de lo saludable
de una fellatio, pero sí considero necesario el hacerle saber el gran
trastorno que me supuso su fallo de envasado para que tome las medidas
disciplinarias (amputación de la mano derecha, doscientos latigazos,
etc.) que considere oportunas con el responsable de semejante
desatino, así como las medidas compensatorias con la víctima (léase
yo, mismamente) de su error.

Me despido sin más deseándole de todo corazón que nunca tenga usted
que vivir una noche tan desastrosa como la que la no presencia de un
producto de su empresa me produjo a mí."

La respuesta consistió en una carta personal muy amable y un paquete
que contenía veinticuatro cajas de condones de doce unidades cada una:
288 condones, en total.
 
Free Website templatesfreethemes4all.comLast NewsFree CMS TemplatesFree CSS TemplatesFree Soccer VideosFree Wordpress ThemesFree Blog templatesFree Web Templates